Como nunca me había planeado conocer Checoslovaquia no tenía idea de cómo fuera a ser, pero me llevé una agradable sorpresa, llegar a Praga fue como entrar en un cuento de la época Medieval o como ser parte del elenco de una película, la ciudad tiene una arquitectura hermosa y excelentemente restaurada que me dejó impresionada de cómo se ha mantenido su esencia además de unos árboles muy altos y frondosos que la hacen muy acogedora, es pocas palabras es un lugar que nunca se va olvidar.
Becky y su esposo Mario nos llevaron a conocer el Castillo, Museos y La Catedral, lugares muy interesantes, comimos muy sabroso comida checa y caminamos y caminamos aprovechando el buen clima y una fresca lluvia de verano hasta llegar a un jardín donde tomamos algo para seguir platicando en un ambiente muy familiar y agradable. Fue poco tiempo pero fue inolvidable.
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