El miércoles 13 salimos a las 5:30 am de la casa al aeropuerto, igual que cada año con un una mezcla de emociones, muy triste porque pasará casi un año en que volvamos a ver a la familia y en que mi niño vuelva a jugar con sus primos, él también está triste, pero contentos de que ahora veremos a más familia.
Volamos Miami-Dallas y después Dallas-Monterrey, viajes relativamente cortos, en aviones no tan grandes como los anteriores y en el que sólo nos ofrecieron un refresco para tomar pero nada sólido, lo bueno fue que en el aeropuerto donde hicimos la escala pudimos comer algo.
Cuando el piloto anunció que iniciaría el descenso para aterrizar y pude ver a través de la ventana las preciosas montañas verdes y los cerros azules se me nubló la vista, ¡es un paisaje bellísimo¡
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