Quizá debería haberme dado gusto saber que el Presidente Enrique Peña Nieto estuviera en una visita oficial en los Emiratos, pero la verdad es que me mantuve al margen, sólo leí la notas en el periódico y vi las fotos.
Me gustó ver que la esposa, Agélica Rivera bajara del avión presidencial como marca el protocolo, con un velo para cubrir el cabello y con un lindo traje azul marino.
Del 16 al 19 de enero participó en varios foros, visitó Mascar City en la semana de sustentabilidad y la gran Mezquita Sheikh Zayed en Abu Dhabi, también estuvo en el Palacio de Zaabeel donde fue recibido por Sheikh Mohammed Bin Rashid Al Maktoum, vicepresidente y primer ministro de los Emiratos y gobernador de Dubai.
Se firmaron acuerdos entre los gobiernos de México y Emiratos Árabes Unidos para la promoción y protección recíproca de las inversiones y el memorándum para mejorar la cooperación de energías limpias y asuntos energéticos relacionados con el cambio climático.
Es difícil expresar lo que siento, el gobierno de los Emiratos y el de México son tan distintos en cuanto a honestidad y la verdadera preocupación por su gente, ojalá y Peña Nieto haya aprendido un poquito de los gobernantes de aquí que son amados y apoyados por todos los emiraties.
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