
Estaba contenta y segura que la decisión que tomamos era la correcta pero tenía una nostalgia enorme por mi gente y me pesaba que mi hijo estaba batallando un poco para adaptarse a la metodología de enseñanza de la nueva escuela.
Extrañaba mucho a mi familia, a mi iglesia, a las chicas del club de lectura y a mis compañeros de trabajo.
Extrañaba la adrenalina que tenía cuando tenía que entregar un proyecto.
Extrañaba las tortillas, el chorizo y los tamales.
Pero repito, estaba feliz de ver a mi marido todos los días, ya que ahora no tenía que viajar.
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