También es un placer ir juntos en el carro de la escuela a la piscina porque oímos música y platicamos del presente y del futuro. Definitivamente doy gracias a Dios por darme la oportunidad de compartir mucho tiempo con mi hijo adolescente.
Los dos somos muy parecidos, nos gusta estar en todo y disfrutar lo que hacemos sin que cause stress, así que repartimos el tiempo entre servir en la iglesia él como asistente de maestro de preescolares y yo en el equipo de ujieres, él en su escuela y yo en mi trabajo y preparando las clases del grupo de estudio bíblico y por supuesto nuestra agenda social que todos los fines de semana está llena.
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