Acabo de terminar el curso de Perspectives, fueron 15 semanas de estudio, 15 tareas de comprensión de lecturas, 15 siestas canceladas, 15 fines de semana sin ir al cine... pero ha valido la pena, aprendí mucho.
Uffff¡ Sentí que la adrenalina volvía a correr por mis venas, cuando cada día sonaba el despertador a las de 5:30 am o antes y como loca metía ropa a lavar y recogía la casa mientra iba caminando, desayunaba en el carro mientras preparaba mis clases de español, manejaba rápido pero con precaución para llegar a tiempo a dejar o recoger a mi hijo en su colegio o a mi marido en su oficina y preparaba con gusto la comida y cena para mi familia, checaba la tarea de Míkel y leía y leía todo el tiempo que tenía libre.
Pero también tenía que seguir coordinando los estudios bíblicos de las mujeres latinas, las actividades de Papaloth en el Consulado para los niños mexicanos, dando clases a mis alumnos particulares y mi entrenamiento de squash dos veces por semana.
Desde que dejé México que no me sentía tan activa, me hacía falta esa presión diaria, pero tuve que dejar a un lado algo que me apasiona... escribir y dar clases a grupo.
Ahora vuelvo al teclado y al Instituto de idiomas, ¡estoy contenta¡
Sé que se puede hacer todo lo que uno disfruta pero no se puede hacer todo al mismo tiempo.
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