
Hace tres años que dejé de sentir el frío del invierno de Monterrey y el calorcito de hogar en Navidad.
Los primeros seis meses en Dubai fueron muy difíciles, pero pasamos la prueba y nos adaptamos.
Sin embargo sigo lamentando tener que decir adiós a los amigos con los que me encariño pero que se tienen que ir porque su contrato de trabajo terminó o porque los trasladan a otro lugar.
También he sentido mucho el estar tan lejos de México y perderme de eventos importantes de la familia.
Como por ejemplo, no estuve el día que nació mi sobrinita Valeria, tampoco asistí a la boda de dos primas ni al funeral de tres tíos.
Pero bueno, por todo damos gracias a Dios porque Él nos ha sostenido y guardado.
Quiero que sepa toda mi gente linda que ¡LOS EXTRAÑO MUCHO¡
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